martes, 25 de noviembre de 2008

Semana Internacional de la Crianza en Brazos o BabyWearing


Bueno, pues otra tarde, pero seguro.....
Del 12 al 18 de noviembre se celebró a nivel internacional la semana de la crianza en brazos, o lo que sería la traducción literal "portar a tu bebé" así como si fuera una prenda. 
-Que traes puesto hoy??
-Jeans Levis, teniss Adidas, una playera Lacoste, y... ah, si!! a mi bebé en un rebozo.
Bueno, algo así es la idea.
En México esto no es una nueva moda o algo que nos vengan a enseñar. Quién no ha visto a una "María" cargando a su bebé a la espalda mientras vende chicles? Bueno, pues esta forma ancestral de cargar a los bebés no sólo es útil para vender chicles en los cruceros. Resulta que tiene un porque, una razón de ser y un beneficio. Los humanos somos mamíferos, más específicamente primates y como todos estos animales nuestra naturaleza es cargar con nuestro bebé a donde sea que vayamos, durante, por lo menos, el primer año de vida. Hasta que pueda moverse de manera autónoma. Pero, nuestra supuesta modernidad nos ha llevado a dejar en una carreola a nuestros bebés. Para que vayan más comodos, para que se estiren, para que vayan viendo... Pero quién dijo que esto es lo ellos quieren? ó peor aún, lo que ellos necesitan?
Respecto a esto ha habido diversos estudios, investigaciones, etc. Todos ellos regresando a la teoría de que cargar al bebé es lo más adecuado para él.
  • Sentirse apretado y cerca del corazón de un adulto le proporciona la seguridad que sentía en el vientre.
  • Reduce a 0 (cero) la múerte infantil súbita, o muerte de cuna. (¿Quién ha oído de un bebé muerto súbitamente mientras era cargado por sus padres?)
  • Le permite conocer su entorno desde la perspectiva del adulto y no sólo viendo pies y piernas. Sin la sobreestimulación visual que le produce la sucesión de imágenes que lo bombardean estando de frente al mundo.
  • Ver a los padres mientras se pasea les proporciona seguridad y previene problemas futuros de lenguaje y atención.
Muchos más beneficios hay, pero estos son los más. Añadiendo que para los padres es un placer tener a sus hijos tan cerca, para la madre es la forma de sentir de nuevo el placer de tener a su bebé pegado a ella, para el padre es la posibilidad de experimentar lo más cercano al embarazo, todo esto mientras se tienen las manos libres para realizar otras actividades.
A modo de celebración, en el DF se hizo una reunión el domingo 16 de noviembre, fue pequeña, pero para ser el primer año fue bastante completa, con una pequeña introducción sobre los beneficios de cargar al bebé y una presentación sobre los tipos de portabebés y su uso. Después, un rato de convivencia con las mujeres y bebés de los que leo diario en  Criando Creando
Estos cargadores se pueden comprar en diferentes tiendas on-line
Yo distribuyo los cargadores de argollas de ecobebé, en mi tienda pueden checar los modelos. Igual los hay de Dydimos, Tikibá, o los tradicionales mexicanos!

Halloween!!

Tarde, muy tarde, pero aquí están sus fotos del primer Halloween!!!
Siempre tuve la ilusión de vestir a mi bebé de calabaza... es que se ven tan bellos!! y bueno, cumplida, y mi hija excedió mis expectativas!!!



A la fecha...

Bueno, resumir todo lo que está nena nos ha sorprendido, enseñado, descubierto, etc. Sería casi imposible. Sólo nos queda ir de a poco y como vaya surgiendo para reseñar sus Kía-venturas...
De momento les puedo decir que tengo la hija más hermosa que jamás haya existido... jeje
A sus 7 meses es muy despierta, demasiado dirían los pediatras. Es muy activa y hace muchas cosas que otros bebés tardan o tardaron más.
Gatea muy bien desde los 6 meses, por lo que ahorita ya es toda una experta. Cuando siente que alguien la va a corretear le mete velocidad y parece muñequita de cuerda. DEsde los 6 meses y medio se para. Agarrada de lo que sea y de lo que pueda. Ya sea el muñeco, el papá o la cuna ella se levanta y birnca sostenida de algo. Últimamente ya quiere hacerlo sin sostenerse. Ya que está levantada se suelta, permanece segundos parada sin ayuda y se cae para atrás; cosa que a ella le parece muy divertida.

Ayer nos dejo una sorpresita en la cuna... si alguien es muy asqueroso tal vez no debería de leerlo... 
La deje en su cuna sin pañal para que disfrutara de la libertad, pues le encanta. Me metí al baño pensando que Rafa la estaba cuidando y Rafa hizo lo mismo pensando que yo la estaba cuidando. Y pues ella de lo más tranquila, tuvo que hacer popo y lo hizo. Si, en su cuna, sin pañal, y no conforme con ello decidió dejarnos un decorado. La almohada, la colcha, una cobijita tejida por mi bisabuela!! su oso de peluche, en fin tooodo en su cuna y toda ella embarrado de popo. Tuvimos que meterla a bañar y hechar todo a la lavadora... Divina mi niña!! jeje
El domingo le fuimos a comprar ropa. No digo donde porque eso es secreto de estado. Pero definitivamente fueron muy buenas compras. La surtimos de todo para el invierno. Yo espero ya ponerselo para presumirla!!
Ahorita está enfermita, tiene gripa y mucha tosesita. Es la primera vez que le da tos. Me pone mal oírla toser así, tose y gime de molestia, cuando está dormida se despierta por su tosesita. Ayer la llevamos al Doc. la revisó y le mandó medicinas, 2 jarabes que en un principio no estaba my convencida de darle, hasta que hable con 2 de las que fueron mis Dras. pesa ya 8.280 kgs. subió 400 gr. en menos de 20 días!! Ahorita la estamos durmiendo con nosotros, pues nuestro cuarto es muy frío y no duerme bien, y yo tampoco oyendola toser. Aunque sinceramente no es algo que me guste. Mientras ella duerme a sus anchas Rafa y yo dormimos todos apretados y con mitad de cobija... y vaya que los 2 somos "grandes".
No se que más decir, es una belleza y me encanta verla crecer!

lunes, 17 de noviembre de 2008

Y me descubrí siendo mamá...

Salimos del hospital al día siguiente de nacida. Domingo 30 de marzo.
Ay que chiquititita era. Me daba miedo todo. Cargarla, que la cargaran, bañarla, Sentía que se me deshacía. Pero pronto esta pequeña me enseño a ser mamá.
Los primeros días fueron pesados físicamente. Yo estaba extremadamente adolorida. Entre el parto y los dolores de brazos y espalda. Sentía que me había pasado un camión encima. Pero ella era bastante cooperadora. Un pequeño lirón. Dormía y comía. En la noche la acostaba a lado de mi en su bambineto. Todo lo que leí y he leído me inclinaban hacia el colecho, o cama familiar (dormirla con nosotros pues!) pero la verdad es me daba pavor. Pensar que la pudiésemos aplastar al dormir, que no pudiera respirar con alguna de nuestras cobijas encima, cualquier cosa.. Así que decidí dejarla en su bambineto, a un lado mío, donde pudiera tenerla juntito a mi, verla de cerca y saber que estaba bien.
Ese día tuvimos unas cuantas visitas, familia principalmente, todos estaban embelesados con tu pequeño cuerpecito. Mi suegra cocinó para nosotros, la verdad es que fue una delicia. Pero que se te acercara, para mi era como una gran fiera al acecho, sentía unos celos incontrolables, no quería ni que te tocara, menos que te estuviera cargando todo el tiempo. Supongo que algo tendría que ver con el instinto maternal y el hecho de que era una fiera protegiendo a su cría. Pero realmente era inexplicable la forma en que sentía la necesidad de alejarte de ella, de separarte de sus brazos cada vez que ella te arrebataba de mi. Creo que finalmente éste sentimiento desapareció como a los 6 meses, pero todavía cuando te aleja demasiado de mi, siento la necesidad de protegerte y no perderte de vista. La lactancia fue bastante exitosa, logramos una buena postura desde el principio, a pesar de que seguía siendo muy cansado para mi sostenerte en la posición adecuada por el dolor muscular. Mamabas a la perfección y pronto te agarré el ritmo. A pesar de todos los consejos que mi abuela y mi mamá se empeñaban en dar y de los atoles que mi suegra me hacía tomar, yo simplemente seguí mi instinto, y mi inteligencia. Dejaba que tomara a la hora que quisiera y cuanto quisiera. Las primeras semanas si tenía que despertarla por que se quedaba dormida, pero poco a poco nos tomamos la medida. La primer semana tuve un tanto adoloridos e irritados los pezones, pero con un poco de todo, aire, leche materna, mantequilla y sol, pronto se curaron y se acostumbraron. Pronto descubrí lo fácil que era amamantar en comparación con los biberones, y agradecí estar tan bien informada. 

sábado, 15 de noviembre de 2008

Mi hija es una estrella!!

Cuando Kía tenía 2 meses mi hermana nos avisó sobre un "casting" que estaban haciendo para un comercial. Yo, no muy convencida la llevé, en fin, no había nada que perder y yo por esos dias sólo estaba dedicada a ella.
La llevé, la registraron y nos hicieron pasar, la pusieron en cámara y me preguntaron sus datos. Tomaron sus perfiles y al final, Kía les dedicó una larga sonrisa.
A los 8 días me estaban llamando, se había quedado!!
Otros 2 bebés irían como de apoyo, pero Kía era la elegida. Cuando llegamos la trataban como a una estrella, o bueno.... por lo menos como a una estrella de comercial, pero nos trataron muy bien. La grabación fue de las 8 de la noche a las 6 de la mañana. Motivo por el cual nunca más la lleve a "llamados", aunque en realidad ella ni se enteró. Las que lo sufrimos fuimos la abuela Susa y yo. Ella lo disfruto mucho. La primera escena que grabaron, que fue la que se uso, ella la gozó. Aún estaba despierta, y la puse en la cuna. Ellos se la movían como todo lo demás en la "casa" y esperaban que Kía llorara, o por lo menos hiciera algún gesto de desagrado. Pero mi hija estaba encantada con la cámara, se reía, sonreía, la miraba, y nada que hacía lo que esperaban. Ya hasta el último momento les regalo un gestito de desagrado. Finalmente la que quedó es una de las primeras.
Bueno, pues tras la corta trayectoria artística de mi hija, seguro que no regresamos a menos de que ella más consciente lo pida. Les dejo las fotos detrás de cámaras y el comercial.

 Grabando... toma 6!!              El papá postizo..

lunes, 10 de noviembre de 2008

Después de 9 meses... taraaaan!!!

Jueves 27 de marzo 2008. Hoy cumples tus 40 semanitas! Estoy encantada de haber sido tu anfitriona por tanto tiempo, pero, no crees que ya es hora de salir cariño? Estoy tan urgida de que nazcas, de tenerte en mis brazos y de compartirte con tu papi, que decidimos ir a Teotihuacan con tu abuela, pues parece que solo cuando estás muy ajetreado se te antoja salir… te gusta andar de parranda!
Pues estamos regresando, durante el trayecto tuve dolor en la cadera y algo como cólicos, pero fueron 3 horas de camino y bien pudo haber sido un dolor de incomodidad. 
Entre al baño y arroje moco sanguinoliento, más sanguinoliento que otros días, con un poco de café. 
A las 9:28 sentí una especie de cólico, duró como 15 segundos, es lo primero que puedo identificar como tal, a partir de ese momento tu trayecto hacia la vida inició…
Toda la noche tuve estos “cólicos” no tenía idea de que estaba a punto de conocer esa carita de luna, esos ojitos luminosos, esa vocecita tan dulce. Tenía el dolor, pero ya el domingo me la habías hecho, no quería hacerme falsas ilusiones, ni despertar a tu papá, en todo caso si si era trabajo de parto el necesitaba estar descansado.
Viernes 28 de marzo. Finalmente a las 3:46 am el dolor era más intenso, duró 30 segundos, ya eran demasiadas horas con esa molestia, y me asusté. Entré al baño, a las 3:53, estaba con un poquito de sangrado con moco, pero toda la semana estuve así. Me dio una contracción en el baño, yo no tenía idea de que eso era, pero fue muy intenso, no hallaba la forma de acomodarme en lo que pasaba, hasta que terminó, salí y me fui a acostar, realmente tenia sueño y estaba muy cansada, pues, finalmente 1 día antes de que nacieras todavía anduve caminando en Teotihuacan… Me acosté, pero casi de inmediato me dio otro dolor que hizo que me levantara en automático, con todo y mi panza de 123 cm. Tu papá se medio despertó y me preguntó que que tenía y le dije que me dolía algo, que iba al baño, se volvió a acostar, quizá el ni siquiera recuerda eso. Me levante y no sabía que hacer, eran las 4 de la mañana, a quien le preguntaba?? Todas me habían dicho que las contracciones eran insoportables, que iban de la espalda hacia el vientre, que se intensificaban. Pero yo llevaba desde las 6 de la tarde con ese “cólico” así que me asusté, primeriza finalmente, pensé que algo podía estar mal, que quizá el sangrado no era normal, que podía ser la placenta desprendiéndose, que tal vez algo andaba mal, que mis contracciones podían ser invertidas, pues yo las sentía muy abajo, pero como saber? No tenía un ginecólogo particular al cuál hablarle en plena madrugada con todo el derecho de hacerle preguntas. Tu abuela estaba dormida, mi tía arriba, ni siquiera en los foros, donde siempre encontré respuesta podía apoyarme. Fui por mi computadora a la recámara, estuve tentada de despertar a tu papá, pero no tenía caso. Agarré los papeles del seguro, tal vez ahí encontrara respuesta. Llevé la computadora a la cocina, la deje y fui hacia la recámara de mi mamá, me detuve, para que despertarla? Agarre el teléfono, quiza podía hablar al hospital y preguntar, tome la libretita del teléfono y un lápiz. Prendí la luz de la cocina, me instale, prendí la computadora, y me dispuse a monitorear lo que cada vez estaba más segura de que eran contracciones, así tendría una referencia para poder dar al médico. Estuve en Internet, mi fiel aliado durante todo este maravilloso embarazo, mi respuesta a todas las preguntas, mi guía en lo desconocido y mi iluminación en innovación. Busque sobre contracciones, escribí en el foro con la intención de tener una respuesta lo más pronto posible. Cada vez estaba más convencida de tu inminente llegada, el miedo y los nervios se convirtieron en felicidad, añoranza, y esperanza, pronto te iba a conocer, o eso pensaba, pues no sabía que lo más intenso aún estaba por venir. Las contracciones eran cada 7 minutos y duraban entre 40 y 50 segundos, llamé al hospital, pedí hablar a urgencias, me comunicaron con una enfermera y yo sólo pude decirle, tengo cólico cada 7 minutos y estoy sangrando un poco. Me dijo, parece que ya inició con trabajo de parto, vengase para que la chequen. Pero mi instinto o algo en mi, me dijo que aún no era tiempo, estaba nerviosa aún, sin embargo sabía que tu llegarías a tu tiempo y me sabrías avisar. Decidí que lo mejor era esperar, aún me sentía inquieta, pero tu te movías como normalmente y decidí que si realmente algo anduviera mal ya lo sabría. Apagué la computadora salí de la cocina y fui directamente a mi cama, logré conciliar el sueño, ya eran las 7 de la mañana y logré dormir 2 horas y media, que permitieron que no me durmiera en pleno parto. 
Cuando desperté me sentía mejor, más fresca, llena de vida, pues como no, si la luz que irradias por un momento me ilumino a mi desde adentro. Tu abuela me preguntó como estaba y yo con una sonrisa traviesa le dije que bien, pero ella sabía que el momento había llegado, que tu camino hacia la vida había iniciado y que esta vez no se iba a detener, sin embargo se fue a trabajar, y yo me sentí insegura, desamparada, en ese momento sentí que necesitaba a mi mamá. Pero no podía flaquear, ahora era mi labor ser fuerte, ser madre, traerte con bien a éste mundo, y eso no incluía acobardarme para que tu abuela me sostuviera. Nos quedamos sólos tu papi, tu tía Erika y yo, él estaba más nervioso que yo, le llamó a tu abuela Gela, su solución y respuesta a cualquier pregunta que aún sin conocer la respuesta le brinda tranquilidad con lo que el mismo se responde. Me la pasó para que yo hablara con ella y le dijera lo que estaba sintiendo, pues el aún no me creía que finalmente habías decidido que querías salir a conocernos. Mientras yo hablaba con ella caminando alrededor de la casa el lavaba trastes y cada vez que tenía una contracción yo gritaba “contracción” con lo cual tu tía Erika anotaba en la libreta la hora, fueron momentos muy extraños, yo aún no sabía que las contracciones no iban a intensificarse así que no estaba muy cerca de tu papá para compartirlas con él. Tu tía Mary y tu tío Beto se iban, después de una semana de esperar a que llegaras para poderte conocer, y ella me dijo que sabía que esta vez si estabas en camino, la forma en que me miraba, esa complicidad que sólo otra madre puede sentir, esa sonrisa y esos ojos brillosos alegrandose por mi, al saber lo que sucedería pronto, eso que alguna vez compartiremos tu y yo, esa complicidad de mujer.
El día transcurrió, todos estaban muy pendientes del proceso y avance, mis primas Jessica y Rosy, Mayra y Vivi, tu tía Karla, tu abuelo, es que nos hiciste esperar tanto mi niña, necesitabamos tanto conocerte, eras tan esperada, eras ya, tan amada.
Cuando tu abuela llegó, y me miró con esa misma complicidad, sonrió, no se que habrá pasado entonces por su mente, quizá la idea de que por fin el sueño, y preocupación se iba a materializar, que al fin sabría lo que es ser madre. Me preguntó si quería ir ya al hospital, yo estaba indecisa, sentía que aún podía esperar, pero al mismo tiempo sabía que el tiempo era oro y que no podíamos darnos el lujo de esperar más, además de que está vez las contracciones eran cada 4 minutos, creí que el momento estaba cerca. Quien iba a decir que tu carácter, esa terquedad tuya iba a prolongar el momento de nuestro encuentro. Salimos, tu papá nos tomó la última foto unidas, y el gran viaje comenzó. En el camino escuchamos a Shakira, y al ritmo de “En tus pupilas” las contracciones a lado de tu papi se volvieron una odisea de meditación, relajación y sentimientos intensos. Ahora que recuerdo cada instante en mi mente todo parece un sueño, como si hubiese transitado entre nubes. Al llegar al hospital bajamos juntos tu papá, tu abue Zobe y yo, el guardia nos abrió la reja mirandome con ojos de compadecerme. Toqué el timbre, habíamos ensayado tantas veces en nuestras mentes ese momento, yo sabía que hacer. Mientras el doctor me valoraba tu papá daba los datos en trabajo social, me preguntaron de todo, hicieron que me cambiara toda la ropa por una batita azul, me recosté sobre la mesa de exploración y el se dedicó a buscar los latidos de tu corazón con el doppler, pero te escondías, comenzaba a asustarme cuando oí tu corazoncito latir, ese ritmo que tantas veces me había emocionado desde la primera vez que lo oí.
Después pedi que tu papá entrara para la revisión, va a pasar mucho tiempo para que comprendas lo que significa el tacto, y espero que mucho más para que lo experimentes por ti misma, pero puedo decirte que la experiencia desagradable no lo fue únicamente para mi, puesto que para tu papá mirar la forma en que el doctor me tocó también fue un suplicio, aunque no tanto como el dolor corporal para mi. Un centímetro. Increíble, después de las contracciones tan seguidas, el dolor y el tiempo que las había tenido, solo un centímetro de dilatación. No lo podía creer, creí que eso significaba algo malo, que quizá no estaba avanzando como debía y que iban a tener que medicarme o hacer cesárea. Pero de momento no se menciono. Me mando el doctor Kumul a caminar y a cenar, pues lo que venía iba a ser tardado, trabajoso e iba a requerir de toda mi energía. Salimos y tu abuela se sorprendió de que no me hubieran dejado adentro ya. Cerca de ahí, donde se estaciono el carro había una plaza, ahí podríamos caminar y cenar, para regresar en 2 horas. Cuando entramos empecé a dar vueltas alrededor de la plaza, que en realidad era muy pequeña, y tu papá a lado mío, tenía hambre y sed, y quería aprovechar la caminada para hacer digestión y que no sucediera algo inesperado durante el parto. Así que fuimos por mi agua, mi inseparable líquido vital, y luego por una hamburguesa, realmente sabía buena, pero entre contracción y contracción no pude disfrutarla bien. Después de disfrutar nuestra última cena juntas y de que tu papá se tomara un café nos dimos a la tarea de caminar más. Empezamos dando vueltas alrededor de la plaza, pero realmente me sentía extraña, sentía que la gente me miraba raro, y caminar en círculos comenzaba a marearme. Salimos al estacionamiento, subimos, dimos vueltas, caminamos, las contracciones cada vez eran más dolorosas, sin embargo con un poco de control mental, respiración y masajes de tu papá eran soportables. Ya empezaba a sentirme irritable, me molestaba con tu papá en cada contracción que no podía hacerme bien el masaje, pero aún así esas eran disfrutables. Estaba cansada de caminar, sedienta y adolorida, tanto por las contracciones como por la caminata. Me sentaba, me paraba ya no hallába que hacer. Cuando tu papá fue a recoger a tu abuela Gela yo camine sostenida por tu abuela. Me gusta pensar que como mi abuela Zobe con ella y sus otras hijas, éste es un momento que debíamos vivir, ese momento, de madre e hija, que espero compartir algún día contigo. Caminabamos y monitoreaba las contracciones, ya no eran regulares, 3, 5, 4, no tenía sentido, pero seguíamos caminando, tomada de su brazo la pellizcaba cada vez que había contracción, pero ella no se qujaba, sabía que la necesitaba. En todo ese lapso, hablé por última vez con tu abuelo y con tu tía Karla, ella estaba llorando, siempre lo hace, y se burlaba tiernamente cuando tenía una contracción. Tu abuelo como siempre, preocupado por todo, me preguntaba como estaba y si quería que fuera, realmente me hubiera gustado verlo antes de entrar al hospital, pero el trabajo se lo impedía. Cuando llegaron tu papá y tu abuela el se nos unió en la caminata, fueron momentos únicos. Aún si alguna vez vuelvo a embarazarme, nunca más se repetirá esa sensación única, maravillosa, mágica de sentir el apoyo de mi madre de un lado y el de mi esposo del otro, el saber que mis dos familias estaban ahí, apoyandome, uno a cada lado sólo para recibirte, para conocerte, para amarte. Silencio. No se necesitaba decir nada, cuando tenía una contracción los apretaba y cuando terminaba aflojaba. Ya habían pasado más de 3 horas, no estaba tan segura de ya querer ir al hospital, pero el centro comercial ya estaba cerrando, ya habían trapeado, no había nadie, y al salir unos oficiales nos felicitaron por tu próxima llegada y se adjudicaron el título de padrinos, nunca más los volveremos a ver, pero siento que auguran para ti buena estrella.
Cuando llegamos al hospital volví a entrar a una sala de exploración, el mismo doctor me hizo tacto, pero parecía no sentir nada, así que le pidió a la doctora que estaba allí que lo hiciera. Pero que gran diferencia, sentir unas manos tan pequeñas en comparación con las otras. Seis centímetros, fase activa, entonces ya no faltaba tanto eh…
Debían escuchar tu corazón, pero el doppler no estaba, que suerte, pues gracias a eso te vi por última vez dentro de mí. Durante todo mi embarazo me hubiera gustado verte más y más seguido, pero por distintas razones no se pudo, y nunca pude ver tu carita. Pero esa última vez, pude mirarte y admirarte, te vi completamente de perfil, tan claramente que pareciera que te tuviera en frente, pero lo que más recuerdo es haber visto tu naricita y cuando regresé con tu papá, le dije, “tiene tu nariz”.
Mandaron a tu papá a entregar mi ropa y terminar el papeleo, mientras yo esperaba en urgencias, soportando contracción tras contracción y tratando de cachar la vista de tu abuela, pues no nos habíamos despedido. Estaba demasiado distraída, pues nunca me vió. Pero cuando tu papá llegó pidió permiso de que pasara y entonces pudo entrar a darme la bendición, a desearnos suerte y a darme ánimos. Me sentí aliviada. Entonces me pusieron en una silla de ruedas, tu papá a lado mío, una enfermera me empujaba y yo aún iba bromeando y aunque estaba nerviosa, también estaba emocionada.
Me pasaron a cuartos combinados, cuarto 6, era amplio, mi cama de un lado, y muy alejada de ahí, la cuna de calor radiante, en frente el baño y a los lados puertas por donde veía pasar doctores y enfermeras, por donde entraban y salían, por donde entre y salimos.
Eran aproximadamente las 11, el reloj estaba detrás de mi y tenía que torcer la cabeza para verlo, pero más de una vez lo consulté. Una vez más tacto. El doctor me dijo que me iba a romper las membranas o más coloquialmente, iba a romper la fuente. Yo sabía que eso no era necesario y que podía ser hasta peligroso, pero el miedo empezaba a invadirme y decidí abandonarme en manos de los doctores, o tal vez ni siquiera estaba suficientemente conciente como para negarme. Trajo su herramienta, una varilla enorme, 30 cm de frío metal que introdujo por mi vagina, toma tu bolsa aminotica entre sus dedos y cual si fuera un globo intento reventarlo. Dos veces lo que terminó reventando fueron sus guantes, pero cuando por fin lo logró el chorro de agua en la que nadaste durante nueve meses brotó. Yo sentía litros y litros de líquido caliente fluír de mi interior e inmediatamente las contracciones se incrementaron e intensificaron terriblemente. Me obligaban a mantener las piernas bien abiertas, pero me temblaban. El miedo, el frío y los nervios me traicionaban, el dolor era tan intenso. Debía avisarles cuando tuviera ganas de pujar, pero nadie me explicó como sería eso, a cada cambio de sensación en las contracciones yo le nombraba sensación de pujo y cada vez un nuevo tacto negaba que lo fuera. 6, 7, 8, 9 centímetros de dilatación, aún no estabas lista nena. Yo miraba el reloj, las 11, 11:10, 11:30, 11:45, pronto supe que no nacerías el 28 de marzo, aunque yo tenía la esperanza de que fuera así, no se porque...
El dolor era muy intenso, yo no podía controlarlo, 8 semanas de curso, para nada, mucha teoría pero en la práctica todo era muy diferente. Nadie me había dicho que no me iba a poder levantar de la cama. Eso iba en contra de todo lo que sabía, de lo que había leído, de lo que me habían dicho, las contracciones así eran más dolorosas, más intensas, más insoportables y no podía hacer nada de lo aprendido para aliviar el dolor.
Pero como un ángel caído del cielo una doctora entro en mi habitación, me miró y me preguntó que hacía acostada, yo le dije que no me dejaban pararme y ella enojada me instó a levantarme, pues ya estabas encajada y no había ningún riesgo. Ella dijo que los doctores decían cualquier cosa con tal de no atender un parto en la regadera.
Ese fue el primer alivio, el saber que podría pararme y practicar todo lo aprendido, después entrar a la regadera, el agua caliente fue una delicia, corría por mi cuerpo, anestesiando ligeramente el dolor, y limpiando mi impotencia, y por último la pelota, no fue tan divertido como en el curso, las contracciones le restaban diversión, pero si fue relajante. Las contracciones eran más seguidas, más intensas, y finalmente experimenté la sensación de pujo. Si alguien me hubiera dicho que las ganas de pujar eran irrefrenables e intensas me hubiera ahorrado muchos tactos. Las piernas se me doblaban con la contracción, pujaba, yo no lo hacía, pero salía instintivamente de mi. Cada vez el momento estaba más cerca, ya estabas en la puerta!!
Le pedí a tu papá que me sacara, el quería ir por una toalla, pero le suplique que no me dejara. Me sentía tan indefensa, lo necesitaba a mi lado, no podía compartirle mi dolor, pero tenerlo a mi lado, mirandome a los ojos, sosteniendo mi mano y susurrando palabras de aliento me hacían sentir un poco más fuerte, me hacían renovar mis fuerzas.
La enfermera trajo la toalla, tu papá me secó con ella y de nuevo la contracción me impulsó a pujar, sostenida del tubo para las toallas puje irremediablemente, tu pa me puso la bata y me llevó al cuarto. Prepararon la silla de alumbramiento y yo me acosté, la acomodaron y le dije al doctor que esta vez si tenía ganas de pujar, de nuevo el tacto y… al fin! 10 centímetros, estabamos listas. 
El doctor me miró y dijo, vamos a traer este bebé al mundo, me pidió que con cada contracción tomara aire, lo sostuviera de las manos, jalara, y pujara con toda mi fuerza sin soltarlo a él ni al pujo. Así lo hice, las primeras veces con fuerza, entusiasmo y convicción, pero conforme el tiempo y las contracciones pasaban mi entusiasmo menguaba y mi pujo también. Yo sentía que las contracciones duraban muy poco, no era suficiente para traer un bebé al mundo. Tu papá me daba sorbitos de agua de limón, me alentaba a hacerlo como me habían enseñado y me daba ánimos, pero sinceramente en ese momento no me caía muy bien. Poco a poco fui perdiendo la energía, me sentía tan decepcionada de mi misma, tan cansada, tan impotente, tan inútil. Sabía que era la única que podía sacarte de ahí, traerte al mundo, darte la vida, pero no lograba ayudarte a salir. Doctores y enfermeras iban y venían, preguntando si ya era el momento, si estaba lista, si había novedades. Tu papá me decía al oído lo mucho que me amaba, lo bien que lo estaba haciendo y lo orgulloso que se sentía de mi, y yo al borde de las lágrimas y la desesperación le decía que sabía que no lo estaba haciendo bien. Finalmente un doctor se colocó a lado mío, tomó mi mano derecha y me obligó a tocar entre mis piernas, más no toqué mi vagina, ahí estabas tu, tu suave cabecita ya había coronado, ya faltaba tan poco y sólo me correspondía a mi ayudarte a salir. Mientras pujaba por última vez, con toda la fuerza de la que fui capaz una enfermera dijo que tu cabellito era negro, la fuerza que me había inspirado el sentirte, el tocarte, fue indescriptible, no necesité más aliento que ese, y cual tapón de champagne y a mi grito de “mi clítoris” a la 1:25 am del 29 de marzo de 2008 tu cabecita asomó al mundo. Sostuve el pujo mientras aspiraban todos los líquidos y revisaban que no tuvieras el cordón enredado y en un último esfuerzo casi imperceptible, todo tu cuerpo salió. Te sostuvieron boca abajo y lo único que podía ver era tu cabecita llena de cabello negro y tu espaldita con mi sangre en ella. Aún no sabía que eras una niña. 9 meses de espera, 40 semanas y 2 días juntas, naciste y creciste dentro de mi, mi vientre seguro fue tu primer hogar, te mecías en la marea de mi útero, acompañada de los ritmos de mi caminar, pero tu casa pronto te quedó pequeña y como abrazos de despedida las contracciones te empujaron a mi lado, 2 fuerzas se unieron y una puerta se abrió, creciste dentro de mi, pero ya era tiempo de salir, tiempo de abandonar la seguridad de mi vientre para conocer el mundo, un mundo lleno de maravillas por descubrir. Tiempo de conocernos mi nena adorada. Después de oír la música de tu llanto supe que nunca me iba a separar de ti. 
Tan lejos de mi por primera vez después de haber estado unidas por un lazo físico que cortaron con unas frías pinzas, dando inicio a la unión invisible de amor incondicional.
Después de mucho preguntar alguien me dijo, es una nena. Yo lo sabía, riéndo como idiota se lo dije a tu papá. Lo sabía, yo te dije que iba a ser una niña, yo lo sabía.
No podía despegar mi vista de ti, apenas lograba ver tus bracitos y piernas agitarse entre tu llanto inconsolable de saberte desprotegida. El médico te revisaba mientras a mi me apachurraban para alumbrar la placenta, alimento de tu cuerpo durante 9 meses. Yo sentía ganas de pujar, se lo dije y me dijo, puje, pero poquito, lo intnente pero no fue tan poquito, la placenta salió expulsada empapando al médico en sangre y líquidos, mientras todos bromeaban, pues había salido el “pastel”. Volví a mirarte, ya estabas tranquila, respondiendo al cuestionamiento de médicos y enfermeras, siendo muy buenas tus respuestas, obtuviste un APGAR de 8-9 que tranquilidad mi niña. 3,000 kilos, 49 centímetros, yo sabía que no eras un monstruote como tu abuela Gela había augurado.
Verte fue la mejor anestesia, mientras te veía moverte no sentí dolor alguno, olvidé por que estaba tumbada ahí siendo auscultada por un señor vestido de azul.
Pero pronto el dolor me lo recordó, seguía sangrando y con una mirada y un susurro nada alentador el doctor se lo informó a una enfermera, pidiendole que me pusiera suero con oxitocina, 500 unidades.
Me preguntó si me daban miedo las agujas, yo ya estaba de humor para bromear, después de todo el dolor e impaciencia había motivos para estar contenta, habías llegado al mundo y estabas con bien. Era increíble la sensación era como encontrarme en el limbo, dolor por un lado y la alegría de mirarte por otro mientras me concentraba en mi respiración para tranquilizarme. Pero pronto me di cuenta que el limbo que yo creía mental en realidad era físico. Los sonidos ya no llegaban con la suficiente fuerza a mis oídos, mi garganta se cerraba y sentía que mi cuerpo se hundía en un mar de sensaciones horribles de las que no tenía el control. Me costaba trabajo respirar y realmente me estaba sintiendo muy mal. Con un gran esfuerzo se lo logré decir a la enfermera, quién me pregunto si era alérgica a algo. A algo?? A todo… que clase de pregunta era esa?? El doctor y ella se miraron, y el le pidió que me bajara la oxitocina a 300 unidades, me pusieron oxígeno. Y en realidad no recuerdo bien lo que pasó después, poco a poco fui recuperando el sentido aunque me seguía sintiendo débil. Terminaron de checarte, de limpiarte, de calificarte y el doctor te llevó entre sus brazos para que te conocieramos. Te sostuvo, y entre esas manotas te veías tan chiquita. Te acerco a mi y por primera vez vi con claridad tu carita. Dios me mandó un ángel. Te veías hermosa, tan chiquita, tan indefensa, realmente eras bonita. Y acercó tu cabecita a mis labios y te di el primero de los muchos besos que tengo destinados para ti, tu frentecita se sentía tan suave, se lo dije a tu papá, mientras el te miraba embelesado. Pero te volvieron a alejar, te llevaron a la cuna de calor radiante a que me esperaras, para que me pudieran cocer. Después de haber vivido 9 meses unidas, nuestra primera separación fue de una hora y media, tiempo que a pesar de estarte mirando, a mi se me hizo eterno, tres bloques de anestesia, para no sentir las muchas suturas que me hicieron. Pero de nada sirvió, con la última fue que deje de sentir, pero ya era demasiado tarde, ya estaba terminando. Como si estuviera drogada hablé durante hora y media con el doctor de cuanta tontería te puedas imaginar, al punto de terminar hablando de anticonceptivos nuevos. Durante todo ese tiempo tu estuviste despierta, te oíamos, de repente estornudabas y yo me preocupaba, y ya casi al final tu papá no pudo detenerse, y fue a sostenerte en brazos. Se veía tan especial. Ese hombre, al que conocí como niño, sostenía entre sus fuertes y grandes brazos el cuerpo inocente del fruto de nuestro amor. Después de tres años de vivir incontables cosas juntos, de altas y bajas en nuestra relación, de momentos mágicos y tiempos difíciles, al fin estabas ahí y el te miraba con la ternura del padre que ahora es.
Te llevó a mis brazos y yo con mucho esfuerzo pude cargarte. Mis brazos estaban tan débiles y adoloridos que me costaba mucho trabajo sostenerte, y para nada pensar en la lactancia. Pero era necesario, la enfermera me dijo que debía alimentarte, y yo sabía que así tenía que ser. Que aún dependías de mi. Te tome entre mis brazos y descubrí mi pecho e intente alimentarte, pero tu, pequeño lirón, simplemente no dabas señales de querer despertar, ni siquiera para comer. La emoción ya había pasado para ti… Nos llevaron a otro cuarto, pues dice tu papá que ese parecía carnicería, todo lleno de sangre y fluídos por todos lados. La enfermera nos asustaba, decía que te podía pasar algo, que la glucosa, que no se que. Realmente sus palabras no tenían ningún sentido para mi, yo solo escuchaba la palabra peligro y quería voltearte de cabeza para que despertaras a comer. Tu papá estaba desesperado, te picabamos los cachetes, te hacíamos cosquillas, te soplabamos y nada, tu simplemente no querías. Después de muchos intentos creo que lo logramos, pero ni de chiste mamaste los 15 minutos indicados. Fue en eso que me volví a sentir muy mal, sentía que me iba, que mi cuerpo dejaba de responder y que no podía hacer nada. Con un esfuerzo le pedí a tu papá que te sostuviera, sentí que te me ibas a caer. El no quería, no sabía realmente lo mal que me sentía. Llamó a la enfermera, ella hizo algo y después de mucho tiempo reaccione, pero aún así me sentía débil. En ese momento y creo que por única vez odie a tu padre, pues él, tan preocupado por ti y por que comieras no le importó que yo ni siquiera pudiera enfocarlo bien, me regaño, pero yo también sabía que debías comer, le pedía que te empujara hacia mi que me ayudara, fue difícil mi niña, pero poco a poco lo logramos. Perpetuamos ese lazo de vida, prolongando tu alimentación fuera de mi cuerpo. Los 3 estabamos muy cansados, tu papá se sentó en un rincón y dormitaba a ratos, y yo sosteniendote entre mis brazos cerraba los ojos e intentaba descansar. Y fue así como empezamos nuestra vida en familia. Fue cansado, sí, pero definitivamente, valió la pena…
Saliendo para el hospital...


Tu primera foto...



Falsa alarma..

Domingo 23 de marzo 2008
10:12 pm

No estoy segura de estar en trabajo de parto…
Despertamos como a las 11 am, aunque yo llevaba varias horas dando vueltas en la cama, estaba cansada y tenía sueño, pero al mismo tiempo ya no podía seguir durmiendo, pero espere hasta que Rafa despertara para no interferir con su sueño.
Se paró al baño y yo me quedé acostada con los pies hacia arriba en la ventana para que se deshincharan, pero sentía un dolor en la espalda muy molesto e intenso y me puse de lado. En ese momento creí que era el dolor de espalda que he tenido durante una semana, por la tos y la alergia, ahora ya no estoy tan segura.
Después entre al baño, y al limpiarme había como babita con hilitos de sangre pero ya no lo pude checar en la taza. Pero lo más probable es que haya sido el tapón mucoso, cosa poco relevante pues se puede desechar el tapón desde semanas antes. 
Mientras preparaba el desayuno y lavaba ropa sentía un dolor, o más bien molestia en el vientre similar a la que siento cuando apenas me va a bajar pero no el cólico como tal. Decidí no decir nada para que Rafa se fuera tranquilo a casa de su mamá. Esperando que los dolores aumentaran en el transcurso del día. Pero el día transcurrió y yo no sentí nada hasta que me quedé sola.
Todos se fueron, y me puse a ver una película. Como a las 6 pm empecé a sentir una presión en mi pancita con un poquito de dolor, pero no tenía un ritmo ni duración constante. Después de un rato y de cambiar de posición se me quitó esa sensación.
A las 8 u 8:30 comenzaron unos dolorcitos como de cólico muy leve, pero no duraban mucho ni tenían un tiempo determinado entre ellos, o al menos no lo note.
A las 9:45 más o menos fui al baño de nuevo y al limpiarme había como moquito amarillito con café-rojizo como en los últimos días de menstruación, pero muy poquito.
10:46 Un dolor como de cólico, ahora si fue doloroso.
10:58 Tengo dolor, como malestar de estómago, hasta escalofríos…
11:02 Dolor constante desde la espalda baja hasta el pubis, como un piquete y después pasa.
11:10 Fui al baño, dolor como cólico, pero solo un piquete
11:34 Dolor en la parte baja del pubis se quito rápido lo fuerte pero queda la sensación.
Y después de esto… te me hechaste para atrás bb!!!! No importa… se que estás muy cómoda aquí conmigo, jeje Te Amo!!

sábado, 8 de noviembre de 2008

Mi maravilloso embarazo!!

Pues ya es tiempo de ir hablando de mi embarazo.... 
El primer ultrasonido me lo hice a las 10 semanas, el 3 de septiembre, Rafa no pudo llegar, pero fueron mi mamá y mi Erika. Después de ver ese frijolito en la pantalla, con un ritmo cardiaco como de ratón, dando pataditas que yo no sentía y moviendo la manita como si saludara, mi vida ya no fue la misma, me cayó el 20 de todo lo que estaba pasando y de todo lo que estaba por pasar. Me reí como una boba y a mi mamá se le salieron las lágrimas. Nunca lo voy a olvidar. Después vinieron otros ultras, ninguno de los cuales tengo por que se quedaron en mi expediente, que desapareció en el hospital el día en que nació. Nunca supimos si sería niño o niña, pues en los 2 primeros ultras en que pudimos haberlo vista la pudorosa señorita tenía las piernas cruzadas, y en los siguientes ya no quisimos saber.
La verdad es que gocé al máximo mi embarazo, nada de ascos, mareos, vómitos; salvo un fin de semana que vomité todo lo que en 3 meses no. Pero nada de achaques!
Eso si, me moría de sueño, eso era horrible! Estando en la escuela, en clases un momento estaba escuchando a mi profesor decir "los neurotransmisores son..." y al otro... Pff!! naaaada.... frita como una papá y mis amigos me tenían que despertar. Eso realmente era horrible, por suerte no perdí el semestre y eso se me pasó como a los 4 o 5 meses. Sentí "al bebé" en la semana 18 + ó - y a partir de ahí no hubo quien la parara. Se movía como gusanito y en la escuela todos corrían cuando les decía que se estaba moviendo. Respecto al peso, puedo decir que me fue bastante bien, o al menos me pudo haber ido peor... Los primeros 3 meses no subí de peso, de hecho bajé! 5 kilitos nada más! Y es que como no, si antes no hacía nada, además de comer generosamente. El principio de mi embarazo coincidió con el comienzo de la escuela, ir, regresar, subir bajar, y hasta pensar, que vaya que es desgastante! Diario subía como 300 escalones, y los días en el salón de computación eran... tenía que subir 3 pisos, siempre de jalón porque si no no llegábamos... A partir de los 5 meses Fer me tenía que empujar escaleras arriba. Ya al último, en vez de atravesarme por el puente que comunica unos edificios con otros, pedía que me abrieran por abajo... Es que si me cansaba!!! Ah que días aquellos, me divertía mucho, todos me cuidaban, me cumplían mis antojos, me apoyaron mucho con las tareas y trabajos. La verdad es que sin ellos no hubiera logrado sacar el semestre, y no nada más lo saqué, sino que además tuve 9.2 de promedio!!
Después de terminar el semestre decidí darme mi "semestre sabático". Sólo me faltaban 3 meses para parir y quería disfrutarlos, además de disfrutar a mi bebé lo más posible antes de regresar a la escuela. Esos 3 meses transcurrieron rápidos y lentos a la vez. Fueron los más pesados, no hacía más que estar en la casa e ir al hospital a revisión. Ya no iba con Rafa a ver a mi suegra porque todavía no teníamos carro, y viajar 3 horas en transporte público era muy pesado. Para ir a mis consultas mi papá me mandaba a uno de sus "muchachos", que trabajaba como de secretario particular; Kevin. Iba siempre a dejarme, a veces a recogerme, ya se sabía mis horarios, sabía cuando me tocaba cita de nuevo, etc... A mi papá le preocupaba demasiado que anduviera en peceros con mi tremenda panza!
A partir de la semana 26 o algo así empezamos a tomar el curso psicoprofiláctico. Yo me sentía la mujer más afortunada del mundo de que Rafa fuera conmigo. De las 15 mujeres (aprox.) que iban, sólo 3 o 4 llevaban esposos. Y sin embargo MI MARIDO ahí estaba, siempre puntual, teniendo que pedir permisos, llegando antes que yo, reponiendo clases. A el también le hacía ilusión estar con nosotras en el parto.
Hay tantas cosas que contar de mi embarazo que seguro dejare algunas sin mencionar... fue una etapa tan maravillosa. Sentir que mi bebé crecía dentro de mi. Tocar su cabecita, un pie, un codo o una nalguita cada vez que se acomodaba. Emocionarme cuando oíamos música y pataleaba más. La ópera y la música africana le gustaron en especial. Se movía muchísimo con cada nota.
Tuve 2 baby´s showers al final. Uno con mis amigas y otro con mi suegra, con la familia y las amigas de mi mamá. Proveyeron de todo lo necesario al bebé, en especial de ropa, tanto que casi no tuvimos que comprar nosotros. Desde diciembre yo estuve enferma, gripa, tos, alergias, nada nuevo para mi. Pase el último mes de embarazo con dolor de todo, especialmente muscular, me dolía la espalda y el pecho al respirar y al toser.
Y bueno, el fin de mi embarazo se acercaba, mi fecha probable de parto era el 29 de marzo, sin embargo todos, yo incluida, pensábamos que no iba a llegar, que el 15 ya iba a estar cargando bebé. Así que Rafa pidió sus vacaciones desde el 6 de marzo para ayudarme con la casa, y acompañarme a las últimas consultas. Desde la semana 36 tuve consulta cada semana, en la semana 39 me mandaron a urgencias por que mi tos era por un cuadro bronquial (o algo así) y me tuvieron que hacer nebulizaciones, que en definitiva ayudaron mucho.
En la semana 40 hablamos de que si no se decidía a nacer dentro de los siguientes 8 días habría que inducir el parto (a lo cual yo me negaba rotundamente). 
El día en que estábamos cumpliendo las 40 semanas, jueves 27 de marzo, decidimos ir a Teotihuacán con mi familia. Camine muchísimo, fácil 4 horas. Y de regreso....... ya venía con contracciones!!!!! (Pero eso, es tema de otro post)
Seguro que algo olvido, la verdad es que 9 meses son difíciles de resumir en una sola entrada, pero, si de algo me acuerdo importante ya lo contaré....

¿Nos Casamos?


Pero claaaaro!!!!!!! Si es lo único que estuve esperando oír durante los 3 años de noviazgo!!!
Muchos creen, (aunque no todos lo digan) que nos casamos sólo porque nos embarazamos, y la verdad no me interesa desmentirlos, pero ambos sabemos que nosotros nos casamos para embarazarnos!
Era algo que deseábamos desde hacía tiempo, era algo que veníamos platicando bastante y que si no fuera por que no entre a la UNAM se hubiera concretado. Pero mi papá obviamente no me iba a pagar la escuela viviendo con Rafa así que era más difícil. Pero bueno, las cosas se dieron como se dieron y no hubo más, en cierta forma estábamos concretando nuestro sueño.
Mi mamá insistía en que no era necesario que nos casáramos, que podíamos ir viendo como se daban las cosas, etc... ¿? De hecho yo en cuanto les dije del embarazo ya me quería ir a vivir con él, pero mi mamá nos abrió una nueva posibilidad; vivir en mi casa. Para mi todo era perfecto! La verdad embarazada y todo no estaba lista para cortarme el cordón umbilical, y si podía tenerlos a los 2, pues que mejor!! El 1º de octubre Rafa llegó a vivir conmigo en casa de mi mamá, quizá un poco incómodo ante la situación, pero se fue habituando... Yo quería casarme yaaa, no se porque me entró la prisa, sentía que si no era ahora no era nunca, no se. Pero yo me casaba porque me casaba y punto.
Se empezó a planear todo, no exactamente como lo soñaba, pero poco a poco lo fui modificando a mi gusto dentro del presupuesto de mi mamá, que aunque Papá pagaba, mamá "pichicateaba". Pero en general fue lo que quise, y como lo quise.
Nos casamos por el civil el 31 de octubre de 2007, romántico ¿no?. Sin embargo no quisimos boda por la iglesia. Ponerme aquí a exponer mis puntos creo que no sería lo mejor. Quiero que el blog tenga comentarios pero no así... El caso es que no nos casamos por la iglesia, pero yo quería una ceremonia, un evento público en donde nos manifestáramos nuestro amor y deseo de estar juntos por siempre. Y... lo tuve. El 3 de noviembre nos unimos de forma ¿espiritual?. Nos comprometimos frente a familiares y amigos. 
Y.... nos juramos amarnos por siempre. Hoy, a 1 año de eso, creo augurarnos un buen futuro...
TE AMO!!!

Mamaaaaaá.... estoy embarazada!

Pensarán, a los 19 años seguramente estaba muy preocupada. De que vamos a vivir, que voy a hacer, la escuela, mi capacidad como madre, etc... Pero no!! Mi mayor preocupación era decírselos a mis papás. Sentía que mi vida terminaría en ese momento. Que todo suceso, pasado o futuro carecía 
de importancia a lado del acontecimiento que se avecinaba, mi muerte. Yo supe a ciencia cierta que estaba embarazada el 10 de agosto, pero tonta no soy... salíamos de viaje a Canáda el 14, así que me guarde mi "secretito" para disfrutar mi último viaje con mi familia. Y vaya que lo disfrutamos mucho. Gracias PAPÁ! Regresamos el 21, y yo no sabía ni como ni cuando decírselos. Por un lado quería que la tortura terminára, decírselos y que pasara lo que tuviera que pasar. Pero por otro... quería seguir gozando mi vida, mis privilegios, mi familia. El 28 de agosto se hizo inminente el anuncio. Yo tenía cita con el ginecólogo y a mi mamá se le "ocurrió" castigarme sin salir... Mamá, por Dios, si supieras.... Pues nada, por teléfono y de la forma en que menos me lo imaginaba se lo tuve que decir, mamá estoy embarazada... 

Que, que???? Ni se te ocurra terminar con ese embarazo!!!

Jamás olvidaré esas palabras... pero que estabas pensando mamá?? Si a esta niña la deseaba desde el día en que me negaron un Nenuco!! Regresamos del ginecólogo, sabiendo que tenía aprox. 9 semanas de embarazo. 2 meses y cachito. Hablamos con ella, lloró, llore, sufrió, sufrí, se lamentó, me lamenté. Total, que se le iba a hacer?? Lo hecho, hecho estaba, y vaya que muy bien hecho!! No le quedó de otra más que aceptar la realidad y brindarnos su apoyo. Y, ahora? Cómo se lo digo a mi papá???? Después de que mi mamá se lo dijera mis hermanas, me regañara Karla, pero increíblemente más Erika, teníamos que idear un plan...
No sabíamos si decírselo juntos como a mi mamá o yo sola. Yo juraba que si lo hacíamos juntos lo mataba en ese momento. Así que me arme de valor y lo hice sóla.
Lo llevamos a desayunar a un Tok´s, mi mamá, mi hermanita y yo. Nos sentamos en un cajón, con mi papá entre mi madre y la pared y yo frente a él. Transcurrió el desayuno y mientras se metía un bocado a la boca le dije ue le tenía 2 noticias, una buena y otra mala. La buena era que iba a ser abuelo. La mala? Que no era de mi hermana la mayor. Se quedó anonado y se empezó a reír. Miró a mi mamá, y ella asintiendo con su cara de no es broma se lo dijo todo, era cierto, su hijita, la de en medio, sin carrera, sin oficio ni beneficio estaba embarazada. Se llevó la mano a la frente y sólo dijo "Hay Paola" Ahora me parece bastante cómico, pero en el momento no lo fue. Me sentía como cucarachita. Pero total, su reacción no fue la que esperaba, lo tomó más tranquilamente y me brindó su apoyo. Lo peor había pasado... Ahora si, a disfrutar mi embarazo!!

Y..... me embaracé!!!

Bueno, pues lo dicho, antes de cumplir 3 años de novios, un 22 de julio noté que no me bajaba... -ah caray!- desde cuando? junio? no, si me bajo.. En la madre!!!! Estoy embarazada! En esos días no andábamos muy bien Rafa y yo, en realidad habíamos cortado. Cosas tontas, obviamente, pero menos se lo quería decir. Pero bueno, si era cierto, finalmente era el padre. Lo mencioné, no pasó de ahí. Resolvimos nuestros conflictos existenciales y decidimos esperar más tiempo, 4 días de retraso? No es nada!! Total, el 31 de julio o algo así me fui a León con mi hermana, Erika, no estuvo mi prima favorita del mundo, Sina, así que andaba aburrida.

A los 2 días Rafa llegó!! Fuimos a Guanajuato y nos la pasamos muy bien, jugábamos a hablarle a nuestro bebé, a quien yo hasta nombre le había puesto ya, sabía que era una niña. Después de 2 días se regresó al D.F y yo me quedé ahí sintiendo cada vez más segura la presencia de un nuevo ser. Sin embargo no tome ningún tipo de precaución. Me estuve aventando de los toboganes con mi sobrina Andrea de 5 años a cuestas, jugué, nade, me aventé y mi pequeña creciendo...
Regresamos al DF, yo estaba segura de todo lo que estaba pasando dentro de mi, pero de alguna forma me costaba aceptarlo conscientemente. El 8 de agosto de 2007 decidimos "irnos" a hacer la prueba. Jamás me había sentido tan nerviosa. Un piquetito y ya. Venga mñana por los resultados. Mañana? Mañanaaaaaa? pero que no ve que me va a dar una colitis de los nervios? Bueno, pues mañana será... Pero mañana era 9 de agosoto, cumpleaños de mi mamá, tuvo una comida y hasta a mi suegra invitó. Será que ya se las olía??
Pues "mañana" no pudimos recoger los resultados, la duda me carcomía, yo sabía que estaba embarazada, pero ah, como costaba!
10 de agosto, los resultados los entregaban después de la 1:30. Fui a mi nueva escuela a hacer trámites. Nueva escuela... pero para que?? En cuanto mi papá lo supiera me iba a desheredar, correr de la casa, sacar de la escuela y hasta retirar el apellido.
Salí de la escuela como a las 12, tendría que esperar. Pero no me importó, me fui a plantar al laboratorio desde esa hora dando vueltas para preguntar si ya.
A la 1:00 me los dieron. Le había prometido a Rafa que lo iba a esperar para verlos, pero... que rayos! ya no podía aguantar. Sólo espere llegar a la casa. Me senté en mi cama y lentamente saqué los resultados. 
Paola Gutiérrez------------ 19 años (¿19? Hay, así suena feo!)------ bla, bla, bla--------- Prueba inmunológica de embarazo----------- y justo en el centro de la hoja:
------------------------POSITIVO------------------------
Positivo?? positivo que??? Positivo que estoy embarazada o positivo que no lo estoy??
Tal vez para cualquiera estaría muy claro, pero en ese momento no atinaba a pensar. Y si era como los del VIH?? Bueno, pues total que no fue. No había más prueba de que venía en camino. Poco a poco fui entendiendo, me cayó el 20, aunque no del todo y empecé a sentirme feliz, de hecho, eufórica! Estaba embarazada!!!! Iba a ser mamá!!!!!!! Ibamos a ser papás!!!!!!
Ya que había faltado a mi promesa de esperar a Rafa empecé a maquinar ideas para decírselo de una forma bonita. Pensé en tantas cosas, pero en realidad no pensaba con claridad, y faltaba poco para la hora acordada. Me escribí en la panza "HOLA PAPI!" y en la hoja de resultados algo así como, "vas a ser papá! vas a ver que si podemos!" Y salí. Nos habíamos quedado de ver en un hotel, si un hotel, donde creen ustedes si no que fabricamos a esta bebé?. Era el único lugar donde podíamos estar tranquilos, juntos, no sólo para tener sexo, si no para disfrutarnos el uno al otro sin mi mamá rondado y preguntado "que hacen jóvenes?"
Total, llegamos al hotel, entramos a la habitación, me levantó la blusa para "saludarla" y se encontró con un graaaaaan saludo. Su cara, nunca la olvidaré, mezcla de sorpresa, emoción, miedo, incredulidad, todo en unos segundos. Y de pronto... comenzó a besarme como loco, tanto si le había caído el 20 como si no, estaba emocionado y feliz. Y no ha cambiado nada desde ese 10 de agosto, de 2007. Ese día juramos amarnos, seguir juntos hasta el final y traer con bien y recibir con alegría a ese pequeño ser que se estaba formando dentro de mi. Mitad yo, mitad él.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Y así empezó todo....

Bueno, pues antes que hablar de la princesa y de todo lo hermoso que ha llegado con ella. Debemos hablar de COMO llego ella. Y no... no estoy hablando de sexo, aunque algo tiene que ver...
Pues, Rafa y yo nos conocimos en el Cetis 2, en coyoacán, yo fui a parar ahí después de pura escuela particular y el después de intentar en otras prepas... Cabe mencionar que nos odiábamos.. Bueno, más yo a él que él a mi, pero para el caso es lo mismo, no fue amor a primera vista ni nos enamoramos luego luego. Tuvieron que pasar 14 meses para que "algo" surgiera entre nosotros.

El iba demasiado lento, y parecía no pretender nada, así que me arme de valor y le escribí una carta con toooodos mis sentimientos... Y bueno, lo que vino después lo recuerdo cómo en cámara rápida (¿eso existe?) y el caso es que de algunas caídas y tropezones terminamos profundamente enamorados...

Rafa me venía a ver a la casa por lo menos 3 veces a la semana, y bueno, así como muy cerca no estábamos. Y así, después de un pecero, el metro, una combi, caminata y 3 horas estaba conmigo, eran las horas más felices de mi vida!! Y supongo que alguna vez quiso claudicar... no lo culpo... A ver si lo animo a contar su versión de los hechos.

El caso es que mi hombre enamorado luchaba contra viento y marea, o más bien contra tráfico y fatiga para estar conmigo, y es algo que en su momento no valoré lo suficiente. Ahora que me ha tocado hacer el recorrido, lo amo más!

Y esto, duró, 3 años.........

Lo que ya es nuestra familia