domingo, 24 de mayo de 2009

Sólo por que sí

Ayer le compramos un impermeable rojo a Kía. Es rojo de catarina. Se ve hermosa.
Creo que el rojo le queda bien, pienso que es su color, más que el rosa o cualquier otro. También paseamos por la alameda, comimos y la subimos a un carrito eléctrico. Comió consomé de pollo, arroz blanco, macarrones con espinacas, pechuga rellena de queso philadelphia y de postre "alegrías" nada mejor para una niña feliz que una alegría más.
Su papá la llevó en el carrito de control remoto. Agarraba fuertemente el volante y saludaba a todo el que pasaba.
Fue un lindo día... Tan lindo como el anterior en que la llevé por primera vez desde que camina a los juegos del parque. Se subió al columpio, que tiene los 2 hoyos de las piernas, y Kía las agitaba con locura al saberse libre y desgravitada. Se subió a las resbaladillas, a las grandes y a las chiquitas, después de un rato y de agarrar confianza, se fue caminando sóla por los puentes entre juego y juego, mientras una mamá asustada, medio histérica y feliz, la perseguía entre los barrotes, aterrorizada de que quisiera bajar por las escaleras o por el tubo de bomberos. Pero no, se conformó con las resbaladillas, perseguir niños y reír como loca.
Nos fuimos después de 40 min., y nos hubiéramos quedado más si no hubiera temblado tan fuerte. En definitiva, ahora hay mucho que hacer con ella, ya es una niña mayor.












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