lunes, 11 de octubre de 2010

Manejando tu propia ira... Que hacer cuando quieres hacer un berrinche.

Ser mamá implica un reto constante. Como una buena amiga diría, "cuando crees saber todas las respuestas, te cambian las preguntas". Así es como me siento todos los días con Kía. Criar a una bebé es muy sencillo, es sólo cuestión de reunir la información necesaria y aplicarla. Parto natural, mucha teta, pañales de tela, contacto constante, portear al bebé. Si cumples con todo eso, no tendrás problemas por un buen rato. La cosa cambia cuando el bebé empieza a crecer. Su verdadero carácter se va desarrollando, se encuentra en momentos que no sabe manejar la frustración de estar creciendo y sin embargo aún no poder hacer muchas cosas. Todo esto yo lo entiendo, lo he entendido desde que Kía empezó a crecer. Pero no significa en absoluto, que entenderlo me haya ayudado a enfrentarlo. Las cosas en casa se pusieron tensas desde que Laia nació. Aunado a los sentimientos ambivalentes normales de una hermana mayor, están los sentimientos ambivalentes de la mamá. la necesidad de proteger a Kía de los cambios, el deseo de que aceptara a su hermana, las ganas de que se amen sin medida y la terrible necesidad de proteger a la pequeña, de la grande. Este ha sido el mayor reto de ser mamá de 2. Kía experimentando con sus nuevos sentimientos y yo desesperada protegiendo a Laia y lidiando con los sentimientos negativos de Kía que, a decir verdad, me vuelven loca. Y desesperada pedía ayuda por todos lados, llorando por los rincones por que "ya no sabía que hacer con Kía, estaba insoportable". Pero la realidad es que el problema no era Kía, era yo. Yo y mi poca tolerancia. Mi ira disparada en segundos. Mi enojo convirtiendome en una tirana que luego del momento de tensión se convertía en una santa, con culpa, queriendo consolar y redimir los errores. Errores que ya habían marcado de alguna forma a mi hija, generalmente de una forma tan negativa que yo lloraba cuando Kía me contestaba con las mismas palabras que yo utilizara antes. Así que buscando desesperada respuestas, me topé con este artículo en la página de Attachment Parenting que es una organización de crianza con apego a favor de la disciplina positiva, que es sin duda alguna la que necesito y deseo para mis hijas, aunque a veces me cueste trabajo llevarlas a cabo. Así que lo traduje, lo leí, lo releí, se lo mandé a mi marido. Lo volví a leer y lo posteo aquí, para tenerlo a la mano, para que lo use quien lo necesite, y para recordarlo siempre. Por que la mayor parte de los problemas con Kía, residen en mis reacciones ante sus emociones "negativas".

Manejando tu propia ira
Que hacer cuando quieres hacer un berrinche.
by API Staff & Tricia Jalbert
API News, Junio 2000
Traducción por Paola Gutiérrez

Una cosa es entender como permanecer en calma, apoyando y siendo objetivo puede ser de gran ayuda para nuestros niños, y otra cosa es hacerlo cuando estamos exhaustos, cansados y privados de sueño. Es también otro asunto cuando las heridas emocionales de nuestra propia infancia llegan rugiendo como un dragón lanza-llamas. Hasta que uno tiene hijos es fácil escapar de las partes obscuras de nuestra personalidad. Pero, una vez que nos convertimos en padres, solemos estar tan cansados o sobresaturados que ese lado oscuro del que ni siquiera teníamos conocimiento suele hacer sus, demasiado frecuentes, apariciones. Afortunadamente, estos eventos pueden marcar algunos puntos importantes de crecimiento y proporcionarnos la oportunidad de ayudarnos a nosotros mismos y a nuestros niños a trabajar con sentimientos difíciles.

Entonces, que es lo que debe hacer un padre?
Los niños aprenden viendo como tu enfrentas tus propios sentimientos, así como aprenden viendo como enfrentas los de ellos. Mientras que no te gustaría cargar a tus hijos con la exposición inapropiada de tus emociones de adulto, no es malo para ellos, simplemente verte enojado. Es lo que haces cuando estás enojado, y como manejas tu intensidad, lo importante. Mostrar reacciones saludables a emociones intensas, enseña a los niños que estas emociones pueden ser expresadas y manejadas de forma segura.

Formas de prevenir la crisis.

  • Cambie el esquema. Hay palabras o frases que pueden disparar nuestras exageradas emociones. “Por qué es siempre tan difícil?” o “No puedo hacer esto más!” Afirmaciones o preguntas retóricas como estas pueden provocar una oleada de rabia y frustración que en realidad nada tienen que ver con nuestros hijos, más sí con nuestras sombras del pasado. Escoger otra forma de ver la situación o elegir no decir la frase, hace que sea más probable que permanezca consciente y conectado.
  • Establezca estándares. Es difícil pensar claramente cuando está enojado o frustrado con los niños. Una estrategia puede ser, tener puntos a seguir predeterminados que son “lo esencial” para nuestro comportamiento. Quizá usted decide que no habrá golpes o groserías y que si las cosas se ponen demasiado intensas, llamará a un obligatorio tiempo fuera para usted.
  • Monitoreé sus propios sentimientos.  La ira es un sentimiento de segundo nivel. Normalmente algo ocurre antes – miedo, tristeza, fatiga. Aprenda a entenderse usted mismo y a monitorear como se está sintiendo. La sintonización con sus propias señales de frustración puede prevenir una crisis paternal. Aprender estrategias efectivas para dispersar la ira. Hágase a un lado si es necesario. Toma práctica, pero ha sido demostrado que tan solo unos segundos pueden dispersar la ira de forma significativa.
  • Por qué está enojado en realidad? No puede ser de apoyo ni empático cuando se siente furioso. Sintonice sobre lo que está enojado en realidad. Harville Hendrix en “Dando el amor que cura” dice que algunas de nuestras reacciones más fuertes que son “negativas, intensas y repetitivas, son una pista de que un padre ha encontrado un punto de crecimiento potencial de sí mismo. Usted sabe que está cara a cara con el negocio no terminado de su propia niñez cuando responde con sentimientos fuertes y negativos al comportamiento del niño.” Por ejemplo, si no fue apoyado en la infancia para la afirmación de su independencia, el desafío propio de la edad de su niño será problemático para usted. Si el enojo no estaba permitido en su familia, tendrá dificultad ayudando a su hijo en esta etapa. Consiga apoyo.  Consiga una salida. Use esto como una oportunidad de sanar algunas viejas heridas.

Expresando el enojo sanamente

  • Déle a su comportamiento un nombre. “Estoy enojado ahora mismo”
  • No caiga en frases que pueden elevar el enojo. Frases como “Siempre haces esto” o “Estoy tan cansada de esto” pueden causar que la ira aflore.
  • Trabaje para evitar espantar a los niños. Puede expresar vigorosa y honestamente sus sentimientos, sin ser aterrador.
  • Trabaje para expresar ira sin decir groserías o etiquetar. “Me siento enojado cuando avientas tus juguetes” en vez de “Me enojas tanto”. El niño no nos enoja. Hacemos una elección, aunque inconsciente de enfadarnos.
  • No actue físicamente cuando esté enojado. Golpear no es la única forma del enojo físico que los padres usan con los niños. Cuando esté enojado, no vaya a coger al niño o a moverlo. Actuar físicamente cuando está enojado, solo parece arrojar más de, la quizás enterrada, furia.
  • Tome un respiro. Hágase a un lado por un momento y tome un respiro.
  • Permanezca en el presente. Aprenda a distinguir entre su propio pasado de enojo, de aquél que es el apropiado para la situación inmediata.
  • Que hay debajo del enojo? Preste atención a las emociones que acompañan su enojo. Está abrumado? Fatigado? Sobresaturado? Trabaje para identificar las causas subyacentes de su enojo y dirijalas. Si su enojo no es realmente con los niños, asegurese de que ellos sepan que no es su culpa, que tan sólo se está sintiendo enfadado, malhumorado, cansado, etc.

Que hacer si usted “Lo pierde”
Aunque nadie se siente bien al perder el control en frente de o con nuestros niños, podemos trabajar para reparar la situación, admitiendo que nos hemos comportado de forma inapropiada. Los padres pueden y deben disculparse con sus hijos. También deben explicar a los niños que fue lo que pasó cuando sean testigos de una situación en la que el padre exprese enojo de una forma inapropiada hacia alguién más.
  • Haga del conocimiento su error. Digale al niño como se sentía en el momento del incidente y por qué.
  • Dígale al niño como se siente ahora. (por ejemplo, avergonzado, apenado, etc) y por que.
  • Interroguese. Hable de lo que usted podría haber hecho para tranquilizarse a usted mismo.
  • Solucionar el problema. Haga lluvia de ideas con su niño sobre como ambos pueden evitar futuros incidentes.

Los buenos padres  realmente se enfadan. Es lo que usted hace con su inevitable y sana ira lo que es importante. Este sería un mundo bastante diferente si todos nosotros supiéramos como estar enfadados con otros de un modo productivo y seguro.

Fuentes*

  • Cuando el enojo hiere a sus niños por Matthew McKay
  • Dando el Amor Que cura por Harville Hendrix y Helen Hunt
  • Convirtiéndose en el padre que quiere ser, Laura Davis y Janis Keyser

* Algunos de estos libros no han sido oficialmente aprobados por API y pueden contener algunas ideas que no están en la línea de principios AP. Ellos, sin embargo, contienen información valiosa que usted puede encontrar útil. Tome lo que pueda y deje el resto.

Ahí viene!!!!!!!!!

Disfruten por última vez esta sonrisa desdentada.....
 
Porque ahí viene el primer diente!!!! Ahh mi pequeñita está creciendo demasiado rápido... Con tan solo 6 meses y 26 días papá tuvo el primer avistamiento. Ya se ve el filito del diente de abajo, nunca notamos las encías inflamadas, ni la famosa diarrea de los dientes, tampoco la irritación ni las molestias. Solo algunos días previos tuvo noches de despertar llorando y días de querer desprenderme el pezón junto con llanto de dolor sin "explicación alguna". Pero jamás me imagine que llegarían tan rápido, ya que con Kía tardaron más. Ahora no me queda más que disfrutar los días sin mordiscos, que no creo que duren mucho. Por que, además ya se ve el indicio del diente de al lado.

Lo que ya es nuestra familia