lunes, 21 de junio de 2010

Laia, 3 meses ya!!


Increíblemente ya cumpliste 3 meses!! No estoy segura de si se me ha pasado rápido o lento. Es como una mezcla. De pronto siento que ha pasado una eternidad. Que has estado en mi vida todo el tiempo, que te conozco de siempre. Otras, veo los mamelucos que has dejado, las fotos de recién nacida, los avances que has tenido y me parece increíble que hayas crecido tanto. Me parece que fue apenas ayer cuando te esperaba en casa, preparando tus mamelucos rosados y tus gorritos pequeños. Aún tengo tu olor de recién nacida impregnado en mi naríz. Aún siento el calor de tu cuerpecito recién salido del horno. Pero no, ya pasaron 3 meses y estás increíblemente grande, bonita y despierta.
Tus siestas cada vez son más cortas, cuando estás despierta quieres que te ponga atención. Quieres que juegue contigo y te haga babosadas para que te rías. Con 2 meses y 27 días soltaste tu primer carcajada. Llevabas un mes con la carcajada en la punta de la lengua, pero nada era suficientemente gracioso para ti. Ese día finalmente soltaste la carcajada con un "tope borrego". Pero las cosas que te hacen gracia un día, al siguiente ya no son novedad y hay que hacer más babosadas para atinarle a lo que te causará risa.
Tu cuerpo cada día está más fuerte. Estando acostada o semisentada sobre almohadas te quieres enderezar. Levantas la cabeza y te quieres apoyar con tus codos para levantarte. Si te doy mis dedos, los agarras con fuerza y te jalas para levantarte. Ya puedes sostener tu peso.
Estando boca abajo ya puedes alzarte sobre tus brazos y levantar la cabeza. Te impulsas con tus pies y manos y puedes arrastrarte un buen tramo.
Estás hermosa, cada día más. Estás larga y regordeta. Amas a tu hermana con locura, te gusta que te platique, te cante o te baile, te alborotas toda, mueves brazos y piernas, haces ruiditos y sonríes. Si ella te habla, tu le contestas con gorgoritos. Te gusta verla jugar y te quedas tranquila mientras ella esté contigo. A veces ella es brusca y muy ensimosa. Y a pesar de eso tu te ríes cuando te jala, te besa con la boca abierta o se te encima.
No veo la hora de verte caminar y correr detrás de tu hermana para jugar. Pero no te apresures... no tengo tanta prisa. Te quiero disfrutar bebé... Mi bolita de queso, mi princesa tibetana, mi muñeca, mi hada bebé, mi ilusión, mi alegría.
Te amo...

martes, 8 de junio de 2010

Como si no andubiera suficientemente nostálgica...

Una amiga, me pasó este video para que chillara a gusto.....


lunes, 7 de junio de 2010

No quiero olvidar...

 No quiero que crezcas Kía, pero es inevitable. Todos los días te capturo en fotos, pero siento que no es suficiente. No captura mis sentimientos, mi amor por ti. Quiero que en 30 años, cuando estes pensando en tener bebés y me preguntes como fuiste de pequeña, te pueda decir con exactitud lo traviesa que eras, las locuras que se te ocurrían día a día y las canas que me sacaste.

No quiero olvidar nunca el día que te no te escuchaba y no te encontraba por ningún lado, hasta que te busqué en la alacena y te encontré con la caja de huevos en la mano. Huevos estrellados por el piso y tu comiendote uno. Así, en crudo!

O la forma en que saludas en la calle y te presentas. Cuando hay algún niño o estás frente al espejo llegas y dices "Hola, yo Kía. Ella, mamá. Ella, Lala, quelles jugar?" jajaja me matas de la risa!!

Lo mejor de lo mejor fue darme cuenta de que poco a poco van pasando los celos por tu hermana, y estamos llegando a la etapa de la adaptación y la aceptación. Al fin descubriste en tu hermana a tu compañera de juegos interminables y a tu mejor amiga por siempre.
Hace unos días dejé a Laia semisentada en su cuna con la almohada de apoyo. Tu y yo estabamos haciendo cosas por la casa, cuando de pronto te me desapareciste. Te buscaba y no te encontraba. Hasta que de pronto, aproximandome al cuarto escucho tu vocecita- "quelles bailar Lala??" entro como vólido y alcanzo a ver como tienes sostenida a tu hermana de los bracitos, casi casi parada. En cuanto entré la soltaste y te hechaste a correr... La verdad es que me dió más risa que nada, no podía contenerme mientras te decía que debías ser más cuidadosa.

Eres una buena hermana, no te gusta que tu hermana llore y siempre que lo hace le dices "ya Lala, ya..." Si te pido que le cantes o la tranquilices lo haces, pero hay veces que tu hermana no entiende de razones y se pone como histérica. Un día veníamos en el carro las 3, y Laia venía a grito pelado No había poder humano que la callara. Cuando te volteé a ver a ti, venías con cara de angustia y los oídos tapados...

Una de tus mejores puntadas con tu hermana, uff que risa!! Papá tiene la buena ( o mala?) costumbre de darles besos a ti y a tu hermana en el cuello hasta fastidiarlas. Un día empezabas a ponerte celosa de que besara a Laia y para evitarlo te dijo que le dieras un beso a Laia en el cuello. De inmediato contestaste- "¿cual papá?"- tu papá te decía, que en su cuello y tu insistente le contestaste- "no tene!!" jajaja así de buena está la papada que se carga tu hermana!

Aaaaa! ahora eres princesa!!! Te pones una sábana en la cabeza o alguna blusa mía y bailas y dices que eres "picesa". Eres dramática y teatrera como tu sola, entrecierras los ojitos mientras das vueltas bailando, suspiras y cantas. Nunca has visto películas de princesas, lo que más se aproxima es Tinkerbell, pero son hadas.

Pero así como eres princesa, también eres luchadora de la AAA, acróbata, escapista y escaladora. Con papá juegas a las luchas, te le avientas, le haces "la plancha", le brincas encima, lo apachurras y lo dejas muerto. También eres "Kía, la niña indomable", papá te alza de las piernas mientras tu levantas tus bracitos y te mueres de la risa. Te hace como hombre araña, dejando que camines por el techo y las paredes. Das piruetas trepando por su pecho. Y brincas en la cama como si fueras gimnasta olímpica... no te lo puedo confesar, por que aún te estoy educando, y necesitas que yo sea firme, pero me encantan las locuras que haces, verte brincar y correr por toda la cama, ojalá pudiera dejarte hacerlo siempre.

Princesa, te amo con locura. No puedo dejar de hacerlo. No puedo dejar de reír con tus ocurrencias, con tus travesuras, con tus locuras. Si tienes 30 años y estás leyendo esto, quiero que sepas que tan enamorada me tuviste siempre. No quiero olvidarlo nunca........

martes, 1 de junio de 2010

Un tema difícil...



Traigo días con el temita en la cabeza, que digo días... tal vez hasta meses...

Creo que es algo que toda mamá que se jacte de serlo ha experimentado. 
EL MIEDO.
Miedo a todo y a todos. Desde el momento de la concepción. Miedo a que no se logre el embarazo, miedo a perderlo, miedo a que tenga alguna enfermedad, miedo a que el ácido fólico no hay sido suficiente, miedo a que sea prematuro, miedo a que no logre salir del hospital, miedo a que saliendo del hospital algo le pase, miedo a que deje de respirar, miedo a los estornudos, miedo a las miradas, miedo, miedo, miedo a todo.
Cuando Kía nació experimenté por primera vez ese espantoso sentimiento, la incertidumbre de saber si realmente al amanecer la iba a encontrar tal como la había dejado en la noche. Pasaban los días y yo oía horribles historias de terror sobre bebés que perdían la vida. Bebés que de 2 meses dejaban de respirar, bebés que a los 3 meses fallecían de gripe, bebés que de 6 meses se atragantaban, caídas, golpes, toxoplasmosis, cáncer, leucemia, pulmonía. Historias aterradoras que hacían que me acurrucara por las noches, con mi hija abrazada sobre mi pecho a llorar y llorar.
Y estúpidamente, sabiendo que no había NADA que pudiera hacer al respecto, iba dando check up cuando pasabamos la edad a la que "el conocido" había fallecido. -Pasamos los 2 meses y no dejó de respirar!- -pasamos los 3 y no le dio gripe!- - pasamos los 6 y no se ahogó!- -pasamos el año y medio y no tuvo toxoplasmosis- y estúpidamente me sentía a salvo con esa superstición, y sin embargo el miedo no se iba... No se ha ido....
Y cuando creía que estaba de cierta forma "a salvo", mi otra preocupación nació. Y la vida me siguió cambiando, y las muertes de bebés se atravesaban en mi vida. Pero hubo una, una que me partió el corazón.
Una que viví como propia, esa que se siente cuando lo vive un amigo.
Laia nació en casa gracias a que tuve una partera que me apoyara. La partera la encontré gracias a que una amiga me pasó sus datos. Esta amiga los tenía gracias a otra amiga que iba a tener su parto con Mirna.
Sin recordarlo siquiera, yo conocía esa historia. Con tan solo 28 semanas de gestación había nacido un ángel. Ese ángel se aferró a la vida con las fuerzas de una luchadora. Tras 2 meses de vivir en el hospital, de luchar, de rezar, sus papás y su hermano la pudieron llevar a casa. Hicieron grandes logros y su mamá nunca dejó de darle todo lo mejor. Ella era una niña hermosa, feliz, maravillosa en verdad. Y con 22 meses de edad, un accidente le quitó la vida.
Después de tanto luchar, después de haber superado tantos obstáculos, de haber ganado tantas batallas y haber salido victoriosa, sí, después de todo, con tan sólo 22 meses, menos de 2 años, un accidente le arrebató la vida.
Hace días su familia celebró su tercer cumpleaños sin su presencia. 1 año 2 meses de su ausencia...
Y yo... yo cada que veo esa sonrisa a través de la pantalla, cada vez que leo sobre ella, cada vez que oigo a su mamá llorar, o cada vez que leo el pequeño recuadro "in memorium" que va marcando el tiempo que ha pasado, lloro. Lloro junto a su mamá.

Lloro por que esa pequeña no está con su familia. Lloro por que dejó un hueco en el corazón de muchas personas. Lloro por que esa mamá no tiene una nena entre sus brazos. Lloro por que ella no la verá sonreír otra vez. Y lloro, lloro por que esa mamá es una excelente madre. Por que nunca se rindió, ni se ha rendido. Por que saca fuerzas de no se donde para seguir por sus hijos. Por que se esfuerza cada día por darles lo mejor.... y a pesar de todo eso, nunca más tendrá a su nena entre sus brazos.

Así que he tomado una decisión. Voy a dejar de llorar.
Basta de seguir sufriendo. Puedo acompañar su tristeza, pero nunca más lloraré esperando que no me pase a mi. No, no puedo vivir con miedo.
Lo único que puedo hacer para sentir mi alma tranquila, es darles todo lo mejor de mi. Esforzarme cada vez más por ser más paciente, por sanar mis heridas, enmendar mis errores. Esforzarme para ser una mejor mamá, para entregarles mi tiempo, disfrutar sus sonrisas.
Hoy, voy a abrazarlas más, voy a darles 1 beso más. Las dormiré sobre mi pecho, oleré su cabello, grabaré sus siluetas, las sostendré en brazos y pasearé con ellas pegaditas a mi.
Hoy no puedo hacer nada más, más que darles lo mejor de mi. Entregarme en cuerpo y alma... Disfrutarlas y vivir.
Es lo único que me queda, eso y esperar a que Dios nos conceda muchos mañanas para recordar los ayeres.
Así que me voy, a oler ese cuellito con olor a leche rancia. A abrazarla junto a mi pecho, mientras la miro tomar teta.
Y no me queda mas que agradecerles a ese ángel y a su mamá, por haberse cruzado en mi vida. Por llevar ese mensaje sin siquiera saberlo, por darme la oportunidad que ellas no tuvieron.
Gracias amiga, por dejarme ser parte de tu vida. Y por hacer a tu nena parte de la nuestra.

Lo que ya es nuestra familia