Tun, tun, caminar....

Tun, tun..... a correr!!!! No soporto estar ausente del blog y no poder escribir los grandes avances de mis chiquitas.... Hace una semana, la semana del 25 al 30 de abril, finalmente Laia se soltó a caminar!! Me sorprende darme cuenta de que no tenemos "una fecha" para poner en su diario de vida, fue un proceso largo desde que dió sus 3 primeros pasos a los 10 meses, pasando por pacitos aventureros y finalmente una caminata veloz de un extremo a otro de la habitación para llegar a mamá. 1 año 1 mes tenía cuando finalmente pudimos decir "ya camina". Me sorprende y me maravilla, es una aventura verla crecer y avanzar en sus habilidades, pero sobre todo, me encanta ir descubriendo su caracter, su personalidad, y darme cuenta de lo distintas que pueden ser a veces Kía y Laia, polos opuestos en más de 1 ocasión. Cuando Kía empezó a caminar, un 19 de marzo, antes de cumplir su primer año, simplemente se decidió y se soltó. No le costó más de 1 semana. Después estuvo enfermita y lo dejó, para empezar de nuevo en semana santa, en León, con menos de 1 año 1 mes. Ella simplemente alzaba sus manos, daba grititos de alegría y se aventaba como "el Borras", a ver que pasaba y sin pensarlo 2 veces... Laia no, Laia ha sido observadora, metódica y muy precavida. Primero utilizó su habilidad de caminar, únicamente para pasar de agarrarse de un mueble, a otro, y siempre con los brazos estirados para evitar dar demasiados pasos sin nada que la sostuviera. Luego empezó a caminar más en forma, pero se pescaba cuando podía, de cualquier cosa arrastrable que le diera sostén, llámese sillita, mesita, carreola o carrito-que-le-dio-el-abuelo-especialmente-para-eso. Finalmente, esta semana decidió que era una mejor forma de transportarse y que tendría que soltarse, sí o sí. Pero no sin antes tomar sus precauciones. Antes de arriesgarse a caminar hacia algo o alguien, se fija en el camino, en si hay objetos en el piso, y de donde se va a agarrar cuando llegue. Luego empieza a caminar, paso a pasito, nunca a prisa y con los brazos listos para una caída. Y le ha funcionado, puesto que para este momento Kía ya tendría arios golpes en su haber, mientras que Laia no lleva ni uno. Ahora que ya agarró más seguridad, va caminando alegre, aplaudiendo y saludando, muy orgullosa de sí misma. Y yo derretida de amor!! Me encanta saberlas tan diferentes, pero a la vez tan cómplices...