miércoles, 5 de octubre de 2011

Cambios




Desde hace casi 1 mes, se dio un cambio enorme en nuestras vidas. Veníamos tomando la decisión desde hacía tiempo y finalmente, sin pensarlo demasiado y confiando, nos aventamos a la aventura.
Por las circunstancias en que llegó Kía a nuestras vidas, mi marido ya no pudo estudiar una carrera. Y apenas ahora se dio la oportunidad y tras platicarlo decidimos que era el momento.
Sabíamos que ibamos a tener que hacer sacrificios, que las cosas iban a cambiar por aquí y que ambos nos ibamos a tener que ajustar a la nueva situación y hacer un esfuerzo para hacer que esta experiencia nos dejara lo mejor. Pero nunca pensamos, demasiado, en el efecto que iba a tener en las niñas.
Han sido semanas difíciles. El hecho de trabajar y estudiar, le impide casi por completo ver a las niñas entre semana. Se va a a las 6:30 am, mientras todavía duermen y regresa a las 11:00 pm, cuando ya se acostaron.
El primer día, Laia estuvo despierta hasta que papá llego y jugo con él. El segundo día, Kía fue la que lo espero despierta. Obviamente, con los efectos colaterales del desvelo. Para el tercer día ninguna de las pudo esperar despierta. El cuarto día fue puente y pasamos 4 días en familia como mueganos. Para el lunes siguiente, fue una tortura despertar y que no encontraran a su papá.
Poco a poco se han ido acostumbrando a que pasamos el día entero sólo las 3. A veces hay algún llanto cuando despiertan y no está, o ganas de hablarle por teléfono 5 veces durante el día. Ayer vino a vernos 5 minutos por que andaba cerca de la casa, y ambas se quedaron llorando, pues 5 minutos de besos nunca son suficientes.
A veces nos cuestionamos si fue la decisión correcta o el momento adecuado, pero nunca lo sabríamos en realidad. Sólo nos queda seguir confiando en nuestras decisiones y acostumbrarnos.
Hoy Kía se despertó a las 6 de la mañana y se metió a platicar con el al baño mientras se bañaba. Laia se despertó hasta que se iba, con el tiempo justo para mandarle un beso y decirle "aiios papá". Creo que vamos agarrando el ritmo, deseando que esta decisión sea para bien.
















Es un hecho que mis hijas adoran a su papá, y el las adora a ellas....

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