miércoles, 22 de noviembre de 2017

Pues en mi caso, desde que nació Kía, la primera, fue un constante buscar información sobre lo que era mejor en crianza. Así conocimos la crianza con apego/respeto y supimos que era lo mejor para nosotros. Desde entonces yo había leído ya de Homeschooling y aunque me parecía una opción increíble, jamás me imaginaba a mi haciéndolo, no me creía capaz. A los 2 años Kía me subplicaba contacto con otros peques y la respuesta lógica de todos era "la escuelita" pero yo la veía todavía mi bebé. Así que busqué opciones y encontramos una escuela de estimulación temprana donde íbamos 2 días a la semana, todo con mamá. Eso fue suficiente para saciar su sed de amiguitos. Luego llegaron los 3 años y todos los amiguitos se iban a 1ro de kinder.... y yo veía a mi niña tan chiquita que ni de chiste pensé en mandarla. Todavía no era "obligatorio" pero entre mi familia y la de mi marido ya les hacía ruido el hecho de que no fuera a la escuela. Tenerla en casa mientras los otros ya estaban en la escuela me empezaba a hacer mucha ilusión. Y cuando nos encontrábamos con los amiguitos que si se habían ido al kinder y "comparaba" me daba cuenta de que realmente Kía estaba al mismo nivel tanto "academicamente" como de desarrollo y socialización.... así que el HS se empezó a ver como una opción más real cada vez. A mi marido no le convencía mucho la idea. No podía creer que eso fuera posible. Pero le pedí que intentaramos lo que restaba de ese año de 1ro de kinder. Lo involucre mucho. Empecé a imprimir materiales, a buscar info en Internet, a seguir blogs de mamás que ya estaban en esa aventura y cada vez me hacía más ilusión no llevarla jamás a la escuela y darle la oprtinidad de vivir su infancia de una manera tan diferente. Se acercaba la fecha de que entrara a 2do de kinder y la presión se volvió más fuerte. Yo todavía no estaba completamente decidida al Hs, y me puse a buscar escuelas. Las tradicionales me parecían cárceles. Las alternativas me hacían ojitos pero el costo era ridículo y me daba cuenta de que básicamente iba a pagar para que estudiara en un ambiente lo más parecido al hogar... o_O
Así que.... el Homeschooling se volvió una verdadera opción y sobre todo, una ilusión. Lo hablé con mi marido, que aún sin estar completamente convencido si había notado lo genial que era involucrarnos ambos en su educación. Y para kinder 2 ya no fue a la escuela. Todos pegaron el grito en el cielo. Mi mamá, dra en psicóloga amante de la escuela simplemente no daba crédito.  Cada vez que podía  me tocaba el tema, me ofrecía  pagar la escuela que yo quisera, el método  que yo eligiera. Mi papá me gritó  que estaba loca, me hizo sentir la peor madre del mundo, experimentando con mis hijas. Pero finalmente a pesar de todos y con todo lo que teníamos en contra, nos aventamos,  y lo disfrutamos. Y ahora no lo dejamos por nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lo que ya es nuestra familia